Nota por Hernán Panessi publicada originalmente en El Planteo. Más artículos por El Planteo en High Times en Español.
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Volutas de humo titilan al encuentro del cinco contra uno: la cabeza se enciende, las manos bajan, la fiebre sube. Son tiempos de encerrarse con uno mismo, de entregarse a la magia de la masturbación. Chorros poquitos, churros gigantes. Eyaculación de a montón, porro del millón.
¿Acaso será una buena idea ver porno fumados? ¿Aumentará el goce? ¿El placer pondrá un foco distinto? ¿Qué pasa por la cabeza y el cuerpo cuando vemos XXX estando re locos?
“Siento que la conexión que uno agarra con su cuerpo, cuando está con todo su sistema cannabinoide activo, hace que todo sea mucho más placentero y mucho más disfrutable”, asegura la actriz XXX y activista cannábica chilena Tía Cogollo.
Suena bien, ¿o no?
Por eso, de la mano (y en compañía) de la Tía Cogollo, El Planteo armó esta guía exclusiva para ver porno fumados.
UNO: porno y weed
Tía Cogollo hace porno estando fumada. En realidad, dice, está fumada todo el día pero, aún así, no le recomienda a sus “colegas” crear contenido high si no tienen una relación cercana con la marihuana.
Ahora bien, vamos a lo importante: ¿recomienda ver porno fumado? “Sí, lo recomiendo”, confirma.
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Y acá, un nuevo pero: “Sólo a personas que ya tengan una experiencia con la marihuana porque uno le agarra mucho más gusto a las sensaciones físicas, a los sonidos y al placer en general, como que se activa mucho más y se pone mucho más perceptivo”.
A partir de ahí, una revisión del tiempo: pasa más lento. Entonces, se engolosina la percepción, los minutos se hacen más anchos.
DOS: cepas
Los que más saben recomiendan que, en estos menesteres, se escojan cepas más cercanas a las índicas antes que a las sativas. Aunque puede haber un ideal: las mezclas “siempre son súper ricas”.
Habla la Tía Cogollo: “Recomiendo un mix de 50/50 entre sativa e índica. Eso siempre se disfruta. Quizás algo que no sea tan somnoliento, como para que uno siga activo después de un buen rato y, después, si terminás en un buen orgasmo en tu sesión, vas a quedar súper relajado y disfrutando al máximo”.
TRES: géneros
Ahora bien, ¿qué ver? ¿Da todo lo mismo? ¿Cuál es el género ideal para una inmersión 420 al cosmos de la chanchada?
“Recomiendo el P.O.V. (point of view) porque lo que uno está viendo se siente mucho más interactivo. Cuando hay una cámara en primera persona se siente como que uno está dentro de la película y eso es mucho más maravilloso cuando uno está volado”, sugiere la experta.
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De pronto, hay más géneros que pueden maridar con la marihuana, como el caso del comedy porn, más vinculado con las familias sativas. “Recomendaría el comedy como para disfrutar mientras estás teniendo un orgasmo y te largás a reír”.
¿Y búsquedas más concretas? Bueno, bien vale alguna mención para Keisha Grey, otra para Amarna Miller y un search veloz al tag “weed porn”. Las coordenadas son de Tía Cogollo, así que sólo queda confiar.
CUATRO: cuidados
Hablemos de cuidados. Sí, obvio: hay que tenerlos, ¿qué se piensan? A ver qué dice la Tía Cogollo… “Hay que tener principal atención a lo que está pasando afuera de tu habitación porque uno se embarca en un contexto súper íntimo donde pierdes el control. Por ejemplo, el control al volumen que tú estás haciendo a los gemidos. Al volumen de los suspiros, también. Entonces tú puedes creer que estás haciendo muy poco ruido y en verdad estás haciendo mucho. Así que la recomendación sería prestarle atención al contexto externo de tu habitación”.
¿Algo más? Y… siempre hay más: una buena opción sería acompañar la sesión manuelística con una playlist bien psicodélica. Y, obviamente, tener todo listo y dispuesto para el post sesión íntima, como algunas cuestiones de limpieza y tener a mano algo rico para comer.
CINCO: ritmos y velocidades
Para el hecho en sí, la sugerencia de la experta es comenzar de forma lenta y sensitivamente e ir poco a poco aumentando la intensidad. “Es bueno partir lento, hacer una sesión larga y placentera y avanzar dentro de tu sesión incrementando la velocidad, pero ir variando entre un ritmo y otro”, detalla Tía Cogollo.
Pero cada cuerpo es un mundo. Y cada mundo, una paja.
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SEIS: horarios
El reloj marca su compás, el cuerpo pide salsa. ¿Da igual un horario que el otro? Bueno, al parecer, no. La Tía Cogollo sugiere que el mejor horario para ver porno fumados es a las 23:00hs.
¿¡Por qué!?
Uno puede suponerlo pero mejor si lo explica ella: “Porque no están todos muy despiertos. Hay algunos que están durmiendo. Y si vives solo, no vas a molestar a tus vecinos. Y, después, en el mismo sentido, el horario full AM onda 7:00 de la mañana, justo después de fumarte un porro, también va. Siempre y cuando sea después de una buena caña”.
El porro agarra sintonía fina con el porno porque “puedes completar mejor tus fantasías en solitario”. Predispone a una actitud más placentera, más activa, más sexual, más rica. Y, ahí, el horario juega su parte.
SIETE: fin, ¿y ahora?
“Si tu cuerpo está relajado, la finalización de tus sesiones serán demasiado placenteras. Y lo peor es que uno se queda con ganas de más. En lo personal, me ha pasado que he estado en procesos de grabación estando volada y uno queda con ganas de más, de continuar y continuar, y la sesión ya acabó”.
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“Y si te quedaste con ganas de más, tengan siempre a mano un contacto para llamar en caso de emergencia”, bromea (y no tanto, la verdad) la Tía.
Ya saben qué hacer. A darle mecha, a darle clic, a darle a la pajita.
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